Los filtros polarizadores permiten únicamente el paso de luz polarizada en cierto plano. También pueden ser absorbentes, si absorben la radiación no polarizada en el ángulo deseado o de división de haz, si dividen la luz en un haz polarizado y otro no polarizado, como los de tipo Glan. Existen minerales que muestran de forma natural propiedades polarizadoras como la turmalina, pero en la práctica se suelen fabricar de materiales absorbentes del tipo del polaroid, un polímero de nitrocelulosa recubierto de cristales microscópicos de iodoquinina, orientados mediante campos eléctricos. También pueden fabricarse por el procedimiento de recubrimiento que se emplea para los filtros dicroicos, obteniéndose así filtros polarizadores dicroicos que dividen la luz en dos haces, ambos polarizados. Otros filtros explotan las propiedades de birrefringencia de ciertas sustancias como la calcita; a este grupo pertenece el prisma Nicol, o los filtros de tipo Glan, de cualidades superiores y usados en aplicaciones científicas.
Éstos filtros se usan en una amplia variedad de ámbitos, prácticos y científicos. Se emplean polarímetros para medir las propiedades ópticas de las sustancias orgánicas. Ciertos tipos de estereogramas son visibles polarizando las imágenes para cada ojo en un plano distinto, se proyectan juntas y con unas gafas especiales con filtros adecuados para cada ojo se separan de nuevo. También se emplean en telecomunicaciones, donde se emplean para separar y multiplexar la señal transmitida por una fibra óptica. Un polarímetro es un instrumento óptico dotado de filtros polarizadores para observar las propiedades de la luz emitida o modificada al pasar por una sustancia. Muchos fenómenos se pueden estudiar empleando polarimetría, como la estructura de ciertas sustancias orgánicas o cristalinas, igualmente, en astronomía, numerosos fenómenos son susceptibles de estudiarse con esta técnica.